El FROG insta al club a valorar la condición de accionista

El FROG – Asociación de Accionistas del Levante UD solicita al Consejo de Administración del club que, a la hora de elegir el sistema de distribución de las 5.000 entradas disponibles para presenciar en el Ciutat el Levante UD-Cádiz CF del próximo fin de semana, valore en su justa medida la condición de accionista.

El Levante UD es una SAD que tiene como base principal a sus accionistas y abonados, por lo que entendemos lógico que aquellas personas que poseen ambas condiciones tengan prioridad a la hora de poder acceder al esperado regreso a nuestra casa.

Así mismo, queremos solicitar a la directiva que tenga una especial sensibilidad a la hora de tomar esta decisión (son ya 14 meses alejados de los nuestros), y que intente compensar de algún modo a los abonados que, debido a la limitación de aforo obligada por la pandemia, no puedan/podamos estar presentes en un día tan especial.

Ganas de volver a juntarnos todos en el Ciutat.

Un abrazo enorme. Macho Levante.  

Esta guerra la luchamos juntos

El FROG – Asociación de Accionistas del Levante UD manifiesta su absoluto rechazo a la voluntad de los actuales dirigentes de los 12 clubes que pretenden acabar con la esencia del deporte que amamos y comprar la gloria que no se atreven a competir en el campo.

La actitud de dicho grupo de empresarios no solo nos indigna a los millones de aficionados de los miles de clubes europeos a los que se pretende marginar de un modo tan miserable como intolerable, sino que avergüenza a buena parte de sus seguidores, que quieren seguir cosechando éxitos en buena lid.

Por tal motivo, manifestamos nuestro apoyo firme a cualquier iniciativa que emprendan el Consejo de Administración del Levante UD, el Patronato de la Fundación Levante UD Cent Anys y/o la Delegación de Peñas del Levante UD en defensa de los intereses de nuestro club.

Esta guerra la luchamos juntos.

Está en juego nuestro derecho a soñar, y a poder hacer realidad nuestros sueños.

El fútbol es de todos. Y la pelota no se mancha.

Respetamos, pero no compartimos

Los 6 patronos elegidos en la Junta General de Accionistas del pasado 21 de diciembre – Mª Dolores Boluda, Manuel Moreno, Federico Ferrando, Dionisio Montesinos, Vicente Furió y José Miralles-, junto al presidente del Levante UD, Quico Catalán, los dos consejeros designados por la directiva -Luis Calero y Francisco Fenollosa- y los 7 patronos institucionales – Generalitat, Ayuntamiento, Diputación, Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana, Veteranos, Delegación de Peñas y FROG-, hemos celebrado esta tarde la pertinente reunión para acabar de configurar el Patronato que, durante los próximos 4 años, debe velar por los intereses del Levante UD SAD en calidad de máximo accionista de la sociedad.

El resultado, tristemente esperado, ha sido una nueva votación en bloque de 14 de los 16 patronos -a excepción del FROG y la Delegación de Peñas-, que ha dado como resultado, exactamente, la misma configuración del Patronato que los 4 años anteriores, con la única excepción del puesto correspondiente al ex presidente, que tras el fallecimiento de Juan José Murria, no se ha cubierto.

De este modo, Jesús Miguel Crespo, Sebastián Zaragoza, Kika Ruiz, José Luis Marín, Javier García Murillo y Rafael Poveda completan la lista de 22 patronos.

Entre ellos, nos consta (y lo decimos con conocimiento de causa tras años trabajando a su lado) que hay grandes levantinistas y excelentes profesionales, pero nos gustaría, como ellos bien saben, que el Patronato no funcionara condicionado por la directiva del club, cuya labor debería fiscalizar por la salud y el buen presente y futuro de la institución.

En nuestra opinión, no es de recibo que un patrono, y a su vez, miembro del Consejo de Administración, recomiende por teléfono y vía whatsapp los nombres de los patronos que deben ser elegidos.

En cualquier caso, por supuesto, los receptores, instituciones incluidas, están en su derecho de confiar absolutamente en dichas recomendaciones, pero no parece ser esta la mejor manera de ejercer la necesaria labor de control de la gestión de la directiva actual.

Sea como fuere, es su decisión y, lógicamente, responsabilidad de cada uno de ellos.

Desde el FROG, seguiremos trabajando, apoyando y discrepando, cuando lo consideremos oportuno, siempre desde el respeto y con la firme voluntad de seguir buscando lo mejor para el Levante UD.

Ojalá, entre todos, seamos capaces de hacer más grande el club que todos queremos.

El Consejo refuerza la actual estructura viciada a través de un proceso irregular

No por esperado, el resultado deja de ser menos decepcionante. El Consejo de Administración del Levante UD dio ayer un nuevo paso adelante hacia la bunkerización del club alrededor del mismo grupo que lleva controlándolo desde que aterrizara en el club de la mano del anterior máximo accionista, Pedro Villarroel, y sacó adelante con el apoyo de su mayoría accionarial la renovación, al completo, del actual Patronato de la Fundación, órgano del que depende la continuidad del propio Consejo.

Para ello, y sin ningún reparo en manifestar reiteradamente que con dicha votación se pretendía condicionar la elección de los patronos que no le corresponden (es decir, los 6, al margen del ex presidente, que debe nombrar el patronato inicial integrado por los 7 patronos institucionales, los 6 elegidos anoche en Junta General, y los 3 miembros del Consejo de Administración que, a su vez, ocupan también el cargo de patrono), el Consejo de Administración orquestó, del mismo modo que hace 4 años, un sistema de votación injustificable desde cualquier punto de vista que no sea el de pretender controlar al máximo accionista y que atenta, gravemente, contra la voluntad estatutaria de “garantizar la pluralidad de representación de los accionistas”.

Así, con el argumento trilero e inconsistente de que el Consejo cumple la legalidad votando a 12 patronos porque, directamente, sólo designa a 6, el actual órgano de gestión del Levante UD procedió a aniquilar cualquier opción de formar parte del Patronato de cualquier candidato no afín al mismo, y reeligió a los 12 patronos de su interés otorgándoles entre 13.500 y 17.000 votos a cada uno.

El FROG, que anoche representó directamente a 367 accionistas y 1.838 acciones -sin tener en cuenta las representadas por la mayoría de candidatos surgidos de entre sus asociados y las delegadas por otros accionistas habituales del FROG en ellos-, denunció abiertamente la irregularidad del proceso, y siguiendo la recomendación del presidente del club, acudirá a instancias superiores para que estas valoren la legalidad, o ilegalidad, del actual entramado estructural del club.

Con sus votos, decididos a través de la encuesta electrónica realizada entre el viernes y el domingo a razón de un accionista, un voto, el FROG se abstuvo en el punto 1, referente a las cuentas anuales 19/20, votó en contra de la aprobación del presupuesto 20/21 presentado, y apoyó con sus acciones las candidaturas de Vicente Cosido (tramo +150); Federico Ferrando y Dionisio Montesinos (tramo 31-150); y Jorge Catalán, Alejandro Del Olmo, José Juan Carrión, Alberto Villanueva y Carlos Rabadán (tramo 1-30; dividiendo sus acciones entre estos 4 últimos candidatos, empatados en el segundo lugar de la votación).

En un contexto de absoluta incertidumbre por la pandemia, el FROG insistió nuevamente -como ya ha transmitido su presidente, Carlos Ayats, en los dos últimas reuniones del Patronato actual- en sus dudas sobre la idoneidad de “apostar por crecer”, justo en este momento, a través del actual reendeudamiento, más aún cuando el director financiero y el presidente del club afirmaron ayer haber estado “muchas noches sin dormir” y haber “hecho piruetas” para conseguir hacer frente a los pagos durante los últimos meses.

Y es que la voluntad del director financiero de “generar recursos por valor de 6-6,5 millones de euros anuales”, a través del estadio, con los que hacer frente al pago del crédito de hasta 60 millones de euros, choca frontalmente contra la afirmación del presidente de que “no hay fecha prevista” todavía para el inicio de las obras de la 2ª fase de la remodelación del Ciutat, de cuya finalización dependerán, en su mayoría, los esperados ingresos para hacer frente al préstamo.

Tildar toda esta situación -con la obra de la nueva ciudad deportiva de Nazaret también pendiente y la necesidad de obtener 16,5 millones de euros antes del próximo 30 de junio- de “plan negocio conservador”, como ayer hizo el presidente del Levante, parece estar bastante lejos de ajustarse a la realidad.

El mismo adjetivo –“conservador”- fue el empleado por el director financiero, Ignacio García, a la hora de justificar el millón de euros previsto en el presupuesto como objetivo de ingresos por taquilla para la temporada en curso. Tal y como Víctor Gisbert (FROG) indicó, “conservador, en un contexto de enorme variabilidad y con los estadios actualmente cerrados, sería haber presupuestado 0 en esa partida”.

La voluntad de la Liga, según García, es reabrir los estadios antes de la finalización de la presente temporada, por lo que ello, unido a la voluntad del club de “multiplicar por tres el valor medio de las butacas del estadio”, haría factible este ingreso, calculado siguiendo la recomendación de la Liga del pasado verano de presupuestar un 30% de los teóricos ingresos por temporada en este aspecto.

“En cualquier caso, atendiendo a la totalidad del presupuesto, no es una cifra relevante”, señaló García, a lo que Gisbert le recordó que sí lo era, “porque no es lo mismo presupuestar un ejercicio con beneficios a hacerlo con pérdidas”.

En su intervención, García afirmó también que “el valor actual de la plantilla del Levante es de 110 millones de euros”, señalando, al ser cuestionado por el presidente del FROG, Carlos Ayats, sobre quién había realizado dicha tasación, que los datos correspondían a un análisis realizado por la propia Liga.

Por último, una vez reelegidos, como era de esperar, los mismos 12 patronos para conformar la mayoría del órgano principal de la Fundación, Tomás Pérez requirió una valoración de ello al presidente del club, Quico Catalán, cuestionando el hecho de que entre los elegidos se encuentre un patrono que no ha asistido a ni una sola reunión del Patronato en 4 años. La respuesta del presidente, en su ya demasiado habitual tono de escasa consideración, fue culpar al FROG (sí, entre los 23 patronos, él incluido, culpó al FROG) por no haber denunciado la situación hasta la fecha.

Como balance final, el FROG quiere manifestar su profunda preocupación por la normalización de una estructura de interconexión interesada entre Fundación y Consejo de Administración que impide la fiscalización real del mismo, y recuerda, una vez más, que la Fundación no fue creada para garantizar la continuidad in eternam del actual Consejo a través del mantenimiento de una mayoría accionarial ilegítima y financiada con dinero público (el préstamo del IVF), sino como mero elemento de transmisión de las acciones del Levante UD entre Pedro Villarroel y el levantinismo, que, por más que algunos pretendan obviarlo, somos muchos más abonados, accionistas y aficionados que quienes hoy detentan el poder en el club.

 

El FROG reclama que el Consejo no vuelva a condicionar la elección de los patronos

Desde que, hace menos de dos meses, fuimos informados en la Comisión Ejecutiva de la Fundación del inicio de proceso de renovación del Patronato, desde el FROG hemos insistido constantemente en que se traslade al Consejo de Administración del Levante UD nuestra petición de que no vuelva a condicionar, como hizo ya hace 4 años, la elección de los patronos.

Ya en 2016 nos pareció fuera de lugar, y totalmente incompatible con la supuesta independencia entre el Consejo de Administración y la propia Fundación, que directivos del Levante UD llamasen a los futuros patronos para que se presentasen prometiéndoles su apoyo accionarial, dado que dicha actuación genera una tan lógica como insana servidumbre.

En esta ocasión, ha vuelto a suceder, por lo que manifestamos públicamente nuestro desacuerdo y malestar con dichas actuaciones, que entendemos perjudican el buen funcionamiento de la Fundación, máxima accionista del Levante UD SAD, y de cuyo Patronato depende la continuidad o modificación de la propia junta directiva.

Bajo el mismo prisma, hemos pedido en dos ocasiones en Comisión Ejecutiva que se solicite al Consejo de Administración que no vuelva a repetir, el próximo lunes, su injustificable decisión de que se vote a 12 patronos en Junta General cuando los Estatutos afirman, de manera explícita, que debe designar únicamente a 6 (artículo 11.2).

Dicha votación de 12 permite al grupo con mayoría accionarial colocar directamente 6 patronos a través de la Junta General y, posteriormente, condicionar la decisión del Patronato inicial, que debe elegir a 6 patronos más para acabar de conformarse.

Con el argumento de que son los segundos más votados en Junta, los patronos -invitados a presentarse al cargo, en la mayoría de casos, por miembros del Consejo- seleccionan a los otros 6, de modo que el grupo con mayoría accionarial, vinculado al propio Consejo, coloca a 12 patronos de 23, es decir, a la mayoría del órgano que debe fiscalizar su gestión.

Esta situación de peligrosa falta de independencia queda mayormente evidenciada si tenemos en cuenta que, a esos 12, hay que sumar la condición de patronos, según los Estatutos, del presidente y 2 consejeros, con lo que la cifra de patronos condicionados por el Consejo de Administración o miembros del mismo se eleva a un mínimo de 15 de 23.

Para evitar que dicho condicionamiento vuelva a producirse, ayer, durante la reunión del Patronato, volvimos a solicitar directamente al presidente, Quico Catalán, y a los demás patronos que también son consejeros, que no se repita el condicionamiento de la elección de los miembros del nuevo Patronato, y que el próximo lunes se vote a 6 patronos, como indican los Estatutos, y no a 12.

Repetir dicha actuación, como se ha repetido la de las llamadas para que patronos afines vuelvan a presentarse a su reelección, volvería a manchar el proceso de un modo tan innecesario como peligroso, incluso, a nivel legal, motivo por el que, agotada la vía interna, reiteramos públicamente nuestra petición y esperamos, por el bien del Levante UD, sea atendida.

El FROG solicita que se publiciten los nombres y las cartas de motivación de los candidatos a patrono

En aras de poder disponer de una información mínima de cara a la votación del próximo lunes en la Junta General, solicitamos al Levante UD y a la Fundació de la Comunitat Valenciana Levante UD CENT ANYS que hagan públicos los nombres y cartas de motivación de todos los candidatos a patrono.

Merece la pena intentarlo

Aunque (como en toda situación de verdadera trascendencia para el mantenimiento del actual control absoluto del Levante UD por parte de quienes hoy lo detentan) exista una voluntad flagrante de silenciar el tema, el próximo viernes 13 de noviembre finaliza el plazo para que cualquier levantinista con un mínimo de 5 de años de antigüedad como socio y accionista pueda presentar su candidatura a convertirse en patrono de la Fundación Levante UD Cent Anys, máxima accionista, y por tanto, dueña de facto, del Levante UD SAD.

Aun así, pese a la obvia voluntad de algunos de que cuanto menos gente se entere de ello, mejor, la semana pasada recibí una llamada de un granota de toda la vida preguntándome si de verdad merecía la pena enviar la carta de solicitud.

Le respondí con franqueza, indicándole que, sin el apoyo del actual Consejo de Administración, convertirse en patrono de la Fundación es poco menos que una quimera. Ya quedó demostrado hace 4 años, cuando se vetó el acceso de 6 patronos independientes (6 de 23, es decir, una cantidad que ni tan siquiera podía aspirar a suponer una nimia amenaza para el control de la mayoría reinante) mediante un cambio de última hora en el sistema de votación.

Así, en la Junta General de Accionistas, en lugar de elegir a los 6 patronos (2 por tramo) que legalmente se debía, el Consejo de Administración decidió que se votase a 12, eligiendo de ese modo la Junta a los 6 que le correspondía y ‘recomendando’ a la Fundación a 6 más del interés del grupo reinante (obviamente aceptados por la Fundación herencia de la elegida a dedo por el actual presidente del Levante, Quico Catalán), de modo que se impedía la entrada de los segundos 6 más votados, es decir, los deseados por los más de 500 accionistas representados por el FROG, que eligió democráticamente (un accionista, un voto), a los 6 candidatos independientes por quienes finalmente optó.

El ‘viejo’ nuevo proceso de ‘renovación’ de patronos

Hace menos de dos semanas, cuando en la Ejecutiva de la Fundación se nos informó del inicio del nuevo proceso de ‘renovación’ de patronos (no auspiciado ni por la Fundación ni por su Ejecutiva, ya que no tuvimos noticia alguna del citado proceso hasta ese preciso instante), solicité, como representante del FROG, que se pida al Consejo que la Junta General vote esta vez únicamente a sus 6 patronos, los que por norma le corresponden, y no vuelva a condicionar la elección correspondiente a los 6 de la Fundación.

No me cabe duda de que, salvo un arranque de dignidad que no espero, nuestra petición será ignorada y el Consejo hará que la Junta vote a 12 patronos, es decir, decida ya solo con ello (sin contar, además, a los 3 patronos más seleccionados del actual Consejo, con lo que la cifra se va a 15 de 23), más de la mitad de los integrantes del nuevo Patronato de la Fundación.

¿Para qué, entonces, perder tiempo y esfuerzo en presentar una candidatura destinada a ser desestimada? Muy sencillo: para estar ahí, para evidenciar que existen muchos levantinistas que pueden aportarle a la Fundación, y por lo tanto al Levante UD, tanto o más que los actuales patronos.

Por lo pronto, sin duda, es muy probable que nuevos patronos, independientes del actual Consejo, hubiesen puesto el grito en el cielo al ver que este ponía en riesgo el futuro económico de la entidad solicitando un crédito de hasta 60 millones de euros, en plena pandemia, al tiempo que ignoraba la opinión de los propios patronos (sí, increíblemente, el máximo accionista, pese a su evidente afinidad con el Consejo actual, ni siquiera pudo votar la solicitud del préstamo), incluso negando el texto del mismo a los patronos (2 de 23…) que exigimos conocer en qué condiciones se está hipotecando el futuro del club.

Por eso hace falta la mayor cantidad posible de patronos independientes en la Fundación. Cuantos más levantinistas expresen su voluntad de formar parte del máximo accionista del club, mejor. Cuanto más nos movamos para evitar controles absolutos y opacos de la sociedad, mejor.

Porque basta con mirar al vecino para ver que luego vienen las lamentaciones. Es ahora cuando hay que pelear por tener gente, dentro, que vigile con sus propios ojos que los gestores ejercen su labor con rigor, honestidad y por el bien presente y futuro de la entidad. No hay que suponer que las cosas se hacen bien, hay que comprobarlo. Y más cuando salta a la vista la voluntad manifiesta de esconder lo que se firma, los compromisos que definirán el futuro del Levante UD.

Por eso es importante presentarse al patronato. Por eso es importante la unión entre los accionistas no vinculados al actual Consejo de Administración. Porque queremos un club transparente, que no nos esconda las cosas por a saber qué intereses. Y de quién.

La predisposición mostrada

“Los actuales miembros del Patronato ya han mostrado su predisposición a presentarse”, dice el comunicado del club. ¿Cuál es la realidad de esta frase? Que en la mayoría de casos (por no decir en todos), el mismo Consejo de Administración que llamó a los actuales patronos para invitarles a formar parte de la Fundación hace 4 años, ahora ha repetido llamada. No es que los patronos hayan ido a decir que quieren seguir, es el actual Consejo el que les llama para mantener el statu quo.

Esta es la situación actual del club. Mucho menos ideal de lo que se vende. Basta con no querer mirar hacia otro lado. Por eso es importante moverse ahora. “Pero si vamos a perder”. Muy posiblemente. “Pero si lo tienen todo controlado”. Casi todo, es cierto. Pero merece la pena intentarlo. Porque el futuro del club está en lo que hagamos hoy, no cuando ya sea tarde.

Carlos Ayats
Presidente del FROG – Asociación de Accionistas del Levante UD

Cuestión de fe

La suerte está echada. La operación de mayor magnitud económica de la historia del Levante UD es ya una realidad. Con los 60 millones de euros concedidos a finales de la semana pasada por BRIDGE, una de las plataformas de generación de fondos de deuda para proyectos de infraestructuras de Edmond de Rothschild Asset Management, la directiva del decano valenciano pretende hacer frente a la financiación de las dos fases de la remodelación del Ciutat de València, la construcción de la ciudad deportiva en el barrio de Nazaret y la cancelación de los créditos bancarios todavía pendientes del concurso de acreedores en el que el Levante UD sigue inmerso 11 años después de la firma del convenio.

La duda, no despejada más que con generalidades y cuentos de la lechera –naming, hospitality y demás castillos en el aire-, es cómo conseguirá devolver la entidad en 12 años un 130% de la deuda a la que ha sido capaz de hacer frente en los 11 previos, en el contexto, además, de mayor incertidumbre económica de la historia reciente, tanto a nivel global como en lo referente al ámbito futbolístico.

Para obtener una visión acertada de la realidad de la operación, y poder así trasladarla a todos los accionistas que formáis parte del FROG, he consultado a varios especialistas de reconocido prestigio en la materia. Escuchados todos, y si bien hay quien afirma haber llevado a cabo recientemente operaciones similares a nivel inmobiliario por tipos de interés inferiores a la mitad del firmado por el Levante UD, nuestro caso, como explica uno de los principales expertos nacionales del ámbito, es comprensiblemente diferente.

Riesgo importante, sí; coste disparatado, no

“Es difícil valorar si se trata de una financiación buena o mala, porque la respuesta a eso te la va a dar la coyuntura”, me explica como literalmente transcribo. “Ahora mismo, el tipo de interés está en prácticamente 0, por lo que un 5%, por ejemplo, nos parece muy alto. Sin embargo, la cuestión se encuentra en cómo está contemplado todo dentro del modelo de negocio, ya que no estamos ante una operación con bienes tangibles inmobiliarios de fácil colocación en el mercado. Por ejemplo, avalar con una ciudad deportiva que aún no existe, supone un riesgo para el fondo. Y además, en caso de que finalmente, por impagos, tuviera que quedársela, ¿a quién se la vende? Por todo ello, el coste, en mi opinión, no es disparatado. Entre un 5 y un 7% son tipos de interés razonables para una financiación de este tipo cuando se trata de alguien que no es el Real Madrid o el Barcelona, es decir, que no tiene una entrada de recursos extradeportivos importantes, como por ejemplo, el capítulo de merchandising”.

Además, añade, “Rothschild es un grupo que no se va a meter en algo en lo que no crea, porque ahora mismo, podría ser, si no la primera, la segunda entidad de financiación privada más importante del mundo, y eso tiene que dar cierta tranquilidad. Entiendo que tanto el Levante como ellos habrán valorado los diversos escenarios antes de ir hacia adelante con una operación de esta magnitud. No obstante, lo que nos queda es cruzar todos los dedos, los de las manos y los pies, para que el equipo siga en Primera. Si eso pasa, que entiendo que es el escenario 1, no debería haber ningún problema. Eso, siempre y cuando esta crisis no nos haga demasiado daño, que yo creo que en este tipo de proyecto no debería hacerla, al menos directamente. En cualquier caso, es un endeudamiento de primera magnitud, lo que obviamente conlleva un riesgo importante”.

La Fundación, sorprendentemente al margen de la decisión

En este sentido, en teoría, estamos ante una operación arriesgada pero comprensible. Y digo en teoría porque hay varios aspectos que invitan, una vez más, a posicionarse en la mayor de las cautelas. La principal es obvia: nadie, al margen de los impulsores de la operación dentro de la directiva, conoce la letra pequeña del acuerdo (sí, por supuesto, tampoco aquellos medios de comunicación que, ahogados en su lamentablemente habitual e interesado arrodillamiento oficialista, lo venden como la panacea sin ahondar mínimamente en él).

De hecho, ni siquiera los patronos de la Fundación, máxima accionista del club, hemos tenido acceso a un acuerdo que supone el mayor endeudamiento de la historia de la entidad. Sonará increíble, pero es tan duro como cierto.

Es más, pese a alguna filtración interesada que afirmaba que la Fundación había dado el ok a la operación, jamás ha sucedido tal cosa. Es rotundamente falso que el máximo accionista del Levante UD haya aprobado esta operación. Rotunda y absolutamente falso.

De hecho, en la última reunión de la Comisión Ejecutiva -principal órgano gestor de la Fundación-, celebrada el pasado 25 de junio, dos de los patronos reclamamos directamente conocer, lógicamente, la letra pequeña del acuerdo antes de proceder a decidir el posicionamiento favorable o no en la votación que, suponíamos, iba a llevarse a cabo en la siguiente reunión del Patronato.

Sin embargo, de manera sorprendente, el cónclave que esperábamos decisivo, la Junta Ordinaria del Patronato acaecida el pasado 27 de julio, no fue ni el mero trámite previsible. De hecho, la aprobación de la operación que supone la transformación económica y estructural de la entidad ni siquiera fue incluida en el orden del día.

Dicho orden del día se zanjó en apenas 20 minutos, y fue en el apartado final de ‘Ruegos y preguntas’, como si se tratase de un tema menor, cuando el presidente, Quico Catalán, y el director financiero de la entidad, Nacho García, se sometieron a las preguntas de los patronos, fundamentalmente, del FROG, dado que para demasiados de mis compañeros preguntar sigue siendo, incomprensiblemente, ofender a quien les ha invitado a formar parte de un órgano que, teóricamente, debe velar por el buen hacer de la directiva y el futuro de la entidad.

“Preguntar podéis preguntar, pero…”

Pequeño paréntesis. No deja de ser curioso que, mientras escribo estas líneas, el club lance un comunicado presumiendo de transparencia, jactándose de haber obtenido la máxima puntuación en un informe realizado por una ONG.

Más allá del sonrojo que produce vender que se es el club más transparente empatado con otros 18 -es decir, que seríamos campeones de liga y, a la vez, estaríamos en descenso en la primera división de la transparencia– y de invitar al citado medidor a revisar, a la vista de su escasa utilidad, los 48 indicadores analizados, es de un cinismo supino hablar de transparencia en el actual Levante UD, un club que solicita el mayor préstamo de su historia y ya no es que no traslade el acuerdo al máximo accionista de la entidad… ¡es que ni siquiera permitió a los patronos conocer el nombre del fondo!

Escudándose en la importancia de que no se filtrase el mismo -pese a que desde el 11 de junio, es decir, mes y medio antes, ya se había publicado en prensa-, el Sr. García, tirando de una ironía de dudoso gusto, contestó a la cuestión con un tono, en mi opinión, que evidencia la posición real de superioridad del trabajador -en este caso, la directiva- con respecto al dueño -la Fundación-: “Preguntar podéis preguntar, pero no lo vamos a decir”. Difícil superar tamaña transparencia.

Cuando, poco a poco, ante las preguntas del FROG, salieron a la palestra algunos de los datos de la operación, se nos solicitó una confidencialidad hasta la concreción de la operación que, una vez más, hemos cumplido pese a nuestro desacuerdo con, como mínimo, las formas de llevarla a cabo.

“Dentro de unos años nos reiremos de estas cifras”, afirmó en un momento dado el presidente, provocándome, lo reconozco, el escalofrío fruto de la duda de si lamentaremos recordar esa frase dentro de unos años. Esa ligereza a la hora de afrontar una operación de tal magnitud en las circunstancias actuales me parece sumamente atrevida. Sinceramente, más que reírnos dentro de unos años del tema, me conformaría con no tener que lamentarlo.

La posible necesidad, escondida

Así mismo, dada la actual coyuntura global provocada por la pandemia, quisimos saber si, de verdad, la operación es una apuesta voluntaria por el futuro o un modo de salir al paso de una situación de necesidad del club -de la que, periodísticamente, he recibido diversos avisos, relacionados tanto con el aplazamiento de pagos menores de 50.000 euros, como de la tardanza en los abonos a la constructora en esta primera fase de remodelación del estadio-.

La respuesta de Quico, en este aspecto, sigue siendo rotunda: no hay necesidad alguna de pedir el crédito. Se pide “porque es el momento de crecer”. Yo, que crecí periodísticamente con el cuento de Villarroel de que éramos “el club más saneado de España” y “el único que pagaba nóminas por adelantado” para acabar con más de 90 millones de deuda y el club al borde de la liquidación, hace tiempo que aprendí a desconfiar de determinados planteamientos.

En cualquier caso, si había necesidad económica y esto es una patada adelante, tardaremos en saberlo. Ahora, el ingreso de 60 millones de euros dará para pagar el nuevo estadio, la ciudad deportiva y saldar los 13 millones con los bancos pendientes del concurso. Y todo va a parecer maravilloso durante un tiempo. Pero que nadie olvide que, después de todo eso, quedarán 60 millones, más intereses, que pagar. Y con prácticamente todo el patrimonio hipotecado.

Para hacer frente a los pagos, y evitar tener problemas, el club tiene previsto ir alimentando “una especie de hucha” con la que soportar los años de mayor carga del préstamo. Otra gota de sudor frío. ¿Qué sucederá con esa hucha cuando los resultados deportivos inviten a un sobre coste para intentar salvar la categoría? Porque creer que, en los próximos 12 años, eso no va a suceder nunca, es vivir en un optimismo utópico.

En definitiva, que lejos de visiones maniqueas sobre la operación, esta se ha firmado con un fondo que invita a confiar en su viabilidad pese a las dificultades actuales. Eso sí, las formas no han sido ni transparentes ni las mejores, y se trata de una decisión unilateral por parte de la directiva del Levante UD, que no ha querido contar con la aprobación de la Fundación de la misma.

Inicialmente, Quico manifestó su intención de contar con ella, pero entiendo que finalmente, dando por válida una interpretación (actualmente, aunque discutida, dominante y seguida por la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública) que entiende que no es necesario el acuerdo de la Junta General para hipotecar más del 25% de los activos del último balance aprobado -consentimiento que sí exige la Ley de Sociedades de Capital desde 2014 para la adquisición, enajenación o aportación de activos que superen dicho valor (sin olvidar que una hipoteca, en caso de impago, implica una enajenación en potencia)-, el presidente ha decidido obviar la votación en la Junta.

En mi opinión, carece de sentido no pedir el apoyo de la Fundación. Primero, porque lo hubiera tenido, seguro, por cuanto recordemos que la actual institución es herencia de la que él mismo nombró a dedo, con lo que la afinidad es obvia, como ha quedado históricamente demostrado de manera sobrada.

Y en segundo lugar, porque hubiera repartido la responsabilidad. Hubiera sido una apuesta de riesgo, por necesidad u oportunidad, pero lo hubiera sido de todos. De este modo, no es así.

En cualquier caso, el préstamo está firmado y, la suerte, echada. Desde el FROG, seguimos demandando tanto al presidente como al resto de la directiva actual un cambio de actitud, una mayor confianza en el resto del levantinismo, una transparencia real y no pobremente aparente, una democratización del club que abra las puertas de las decisiones a todos los sectores actualmente marginados, aunque a veces vayamos a decir lo que no se quiere oír.

A partir de ahí, compartimos la ilusión por ver un Ciutat majestuoso y una ciudad deportiva en Valencia donde nuestro futuro crezca en las mejores condiciones. Soñamos con un gran Levante, y por no ver desvanecerse ese sueño, seguiremos sin elegir mirar para otro lado.

Un saludo cordial a tod@s. Y Macho Levante.

Carlos Ayats, presidente del FROG – Asociación de Accionistas del Levante UD

60 millones de deuda, otra vez

En las próximas horas, el Levante UD se dispone a llevar a cabo un movimiento fundamental para su historia, una decisión clave que marcará su futuro, a corto, medio y largo plazo: la aprobación de la solicitud, a un fondo de inversión, de un préstamo de hasta 60 millones de euros.

Con esta inyección, la directiva del decano del fútbol valenciano pretende hacer frente a los 17 millones de euros del coste de la 1ª fase de la remodelación del Ciutat de València; los casi 16 que aún restan por pagar del concurso de acreedores en el que, que nadie lo olvide, seguimos inmersos 11 años después de la firma del convenio (13 a bancos, 2 al Ayuntamiento de Valencia, y alrededor de 0’8 de necesaria provisión de la parte no reclamada de la deuda concursal); la pérdida, como mínimo, como consecuencia de la pandemia, de entre 5 y 8 millones de euros de los ingresos de televisión inicialmente presupuestados; y el inicio, tanto de la 2ª fase de las obras del estadio, como de las de la deseada ciudad deportiva de Nazaret.

Este reendeudamiento situará al club en unos parámetros, en cuanto a la deuda propiamente dicha, similares a los del 28 de julio de 2009, día en el que la Junta de Acreedores aceptaba un convenio que paralizaba los embargos que abocaban al club a su desaparición y daba a la entidad 2 años de carencia en el inicio del pago de la deuda, que debía abonarse inicialmente en los 5 años posteriores, e incluía una quita del 50% sobre una parte la misma.

Así, de los 88.752.412 euros oficialmente reconocidos como deuda existente, esta quedó definitivamente cifrada, tras la quita legal, en 61,4 millones de euros (en concreto, en 61.398.599).

11 años después, la directiva dirigida por Quico Catalán, que se ha visto favorecida por una explosión sin precedentes de los derechos televisivos que ha llevado al Levante UD a ingresar más de 250 millones de euros solo por este concepto en el citado periodo, ha rebajado la deuda en, aproximadamente, 45 millones.

Ello, estando 9 de las últimas 10 temporadas en Primera División, lo que nos da una magnitud de lo difícil que es reducir deuda incluso manteniéndonos en la élite; y nos avisa, en definitiva, de lo que nos puede costar hacer frente, otra vez, a 60 millones de euros de deuda.

El movimiento, además, es especialmente arriesgado en un contexto de absoluta incertidumbre como en el que nos encontramos, con la segunda oleada de la pandemia en claro auge y el play off de ascenso a Primera -del que debe salir el 20º equipo de la próxima temporada- gravemente afectado por la crisis del Fuenlabrada.

¿Qué sucederá si la próxima Liga, cuyo inicio ya se había retrasado oficialmente 3 semanas mucho antes de este bloqueo en teórica fase de resolución, sufriera un nuevo aplazamiento como el de la temporada pasada?, ¿o si debiera retrasarse varios meses?, ¿o si, incluso, no pudiera finalmente llevarse a cabo?. ¿Cómo afrontaría el Levante entonces el pago de sus nuevas obligaciones sin los más de 50 millones de euros de ingresos previstos por derechos de televisión? Ni siquiera la venta de nuestros principales activos futbolísticos, en un mercado gravemente alterado por la COVID-19, parece garantizar una solución tranquilizadora al respecto.

Ante esta posible tesitura, cabe tener muy en cuenta además quién tendría el control real de la entidad en una eventual situación de impagos. Basta mirar al Valencia CF y el proceso de venta de su mayoría accionarial a Peter Lim para obtener la respuesta. Entonces, el papel de Bankia, su principal acreedor, fue definitivo.

¿Tenemos la necesidad real de meternos en una nueva deuda de 60 millones de euros que pueda poner el control real de la entidad, no ya en manos de unos administradores concursales, sino de un fondo de inversión? Si la respuesta es sí, como me temo, por falta de alternativas mejores, la responsabilidad de los actuales gestores es incuestionable.

Por muy impopular que sea decirlo ante la ilusión generada por el nuevo estadio, el Levante UD nunca debió iniciar las obras sin tener cerrada la financiación de las mismas. Quico siempre ha afirmado que el crecimiento estructural de la entidad nunca influiría en el ámbito deportivo, y ahora, está por ver si la realidad, como tantas veces ha sucedido con anterioridad, no acaba nuevamente contradiciendo sus palabras.

De repente, lo que iba a ser la petición de un crédito de 17 millones para una cuestión ajena a lo deportivo, se ha convertido por arte de magia en un regreso a la deuda del inicio del pago concursal. Lo venda como lo venda la maquinaria propagandística de la entidad, necesitar ahora, de repente, en medio de la mayor situación mundial de incertidumbre del siglo, 60 millones de euros, un tercio más de lo que el club ha sido capaz de reducir de deuda en 11 años, es un claro motivo de preocupación para cualquiera que no quiera practicar el tan extendido hábito de mirar para otro lado.

En cualquier caso, llegados a esta situación de necesidad, cabe buscar la mejor solución. Procede ser claro y transparente con las condiciones del préstamo (cantidad, tipos de interés, obligaciones, avales, posibles penalizaciones…), y si se aspira a que el apoyo de la Fundación a esta operación sea algo más que un brindis al sol, la letra pequeña del mismo debe ser puesta, como ciertamente parece dispuesto a hacer Quico, en manos de los patronos, quienes tenemos la responsabilidad, no lo olvidemos, de velar por los intereses y el futuro del Levante UD.

Procede nuevamente, a la hora de recordar la función de la Fundación, volver la vista al proceso que, durante el verano de 2014, acabó con la venta del Valencia CF a Peter Lim, sin que ni un solo patrono, ni siquiera los institucionales (Diputación, Generalitat, Ayuntamiento…), fuera capaz de que el empresario asiático se comprometiese por escrito a lo que públicamente se vendía: reemprender y finalizar las obras del Nuevo Mestalla. Al menos, el Ayuntamiento y la Diputación (no así la Generalitat) tuvieron la dignidad de postularse en contra en la votación definitiva para evitar un 19-0 que hoy sonrojaría, más aún si cabe, a quienes formaron parte de aquel sainete. Los patronos tenemos la responsabilidad de velar por el interés y el futuro del club, aunque ello suponga el riesgo de ser impopular en momentos de tensión.

Tanto que nos gusta mirarnos en el espejo valencianista para destacar las bondades de nuestro, por otro lado, incuestionable crecimiento, no estará en ningún caso de más que tomemos buena nota también de sus principales errores para evitar caer en círculos viciosos de ambición y huidas económicas hacia delante que, como hoy es bien notorio, SÍ tienen consecuencias.

Si la situación, en parte condicionada por un elemento distorsionador e inesperado como es la crisis del mundo del fútbol derivada de la pandemia, nos ha puesto en un momento difícil, es fundamental que salgamos de esto unidos y, sobre todo, con responsabilidad.

Si hacen falta 60 millones porque hemos querido correr más de la cuenta y nos ha pillado en el toro en el momento más inoportuno, vale, pero reconozcamos los errores y tengamos todos bien claro dónde nos metemos. Es momento de ser transparentes, verdaderamente humildes, y por encima de todo, responsables.

No estamos ante un momento baladí, por más que los focos (en buena parte, de manera intencionada), apunten en otras direcciones. Nos estamos jugando el futuro del Levante UD. Y dentro de unos años, nuestro papel, el de todos, en esta decisión, será juzgado. Cuando eso suceda, ojalá nuestra imagen (sí, la de todos), sea bien distinta a la de los protagonistas de una operación que no ha hecho más que aumentar la presión de la soga al cuello de nuestro eterno rival.

El ejemplo de lo que no se debe hacer lo tenemos bien cerca. No repitamos los mismos errores. Los ojos, bien abiertos, y los pasos, lo más lejos posible del barro.

 

Carlos Ayats,
Presidente del FROG-Asociación de Accionistas del Levante UD,
 y patrono y miembro de la Ejecutiva de la Fundación Levante UD Cent Anys

El Informe Catalán

17 páginas. La primera, con la portada; la segunda, con el índice; la tercera, con la introducción; otra, con las conclusiones, gráficos ocupando páginas completas… Vamos, el típico trabajo del colegio que se hincha cuando no se ha hecho ni el huevo para mendigar un aprobado.

Ese es el ‘informe’ en el que, supuestamente, se ha basado el Consejo de Administración para ‘proponer’ la ya aprobada multiplicación del salario del actual presidente del Levante UD, Quico Catalán, que este año, si el primer equipo masculino logra la permanencia, se embolsará, como mínimo, medio millón de euros de sueldo.

Reconoce, abiertamente, desconocer las cifras en que se basa la comparativa

De las 17 páginas, 12 son un análisis de la evolución económica del club entre las temporadas 11-12 y 17-18, y apenas 2 y media están destinadas a la “valoración de la remuneración del cargo de presidente del club”.

En estas últimas, pueden leerse perlas como: “A pesar de la Ley de Transparencia, no se conocen los sueldos directos de los presidentes o más altos ejecutivos ya que, habitualmente, se encuentran camuflados dentro de los ‘gastos de personal no deportivo’ o dentro de ‘alta dirección’”.

Es decir, que además de acusar al resto de clubes de esconder dichos salarios, se reconoce, abiertamente, que se desconocen las cifras en las que se supone, se basa el citado aumento. Brillante.

En todo caso, en una extraordinaria muestra más de coherencia, en un párrafo posterior, se afirma que los datos desconocidos “en la Liga sí se conocen”, y se indica que “los altos directivos tienen sueldos, según se ha podido saber” (¿?), “pero sin confirmación oficial” (sic), “con un tope de alrededor de 1,2 millones de euros en las escalas más altas”.

Datos sin contrastar vs datos conocidos

“En cuanto a los clubes medianos”, prosigue, “los sueldos están por encima de la remuneración actual del presidente, sobre 400.000 euros”. Sobre dicha cifra, al margen del ‘clarividente’ “en la Liga sí se conocen”, no se aporta dato o fuente alguna.

En este punto, es pertinente apuntar la información aportada por la Cadena COPE Valencia al respecto, señalando las cifras que la emisora ha sido capaz de obtener: Éibar (150.000 € / año), Espanyol (200.000 € / año), Osasuna (450.000 € / año en caso de permanencia en Primera), Huesca (130.000 € / año, datos de la 18/19) y Betis (242.000 € / año).

La media de estos datos obtenidos es de 234.000 € / año, cifra mucho más acorde a los 229.000 € / año que venía percibiendo Catalán que a los 500.000 € / año que, como mínimo, se embolsará ahora.

Evitar una oferta de un club superior, supuesto objetivo

“No interesa contemplar los clubes con presupuestos más bajos”, añade el ‘informe’, “por entender que ese no es el objetivo de este informe, sino que es valorar que el presidente pueda tener una mejor oferta, por lo tanto, de un club de categoría superior”.

El argumento, curiosamente, es idéntico al empleado por los afines al Sr. Tebas (entre los que se encuentra el propio Quico Catalán) para justificar que el actual presidente de la Liga -que accedió al cargo criticando el salario de su predecesor, José Luis Astiazarán, inferior a los 400.000 €- haya disparado su salario hasta los 1,2 millones de euros más bonus, tal y como indica el propio Informe Catalán, que añade que el bonus, de 0’25 millones, es “casi imposible de fallar” (sic).

Los estándares de mercado de empresas comparables

En la modificación del artículo 15 de los Estatutos Sociales del Levante UD, promovida con el fin de ‘adecuar’ el salario del presidente y aprobada en la pasada Junta General de Accionistas, se especifica que “la remuneración de los consejeros con facultades ejecutivas deberá en todo caso guardar una proporción razonable con la importancia de la sociedad, la situación económica que tuviera en cada momento y los estándares de mercado de empresas comparables”.

En este punto, es especialmente lamentable la aportación del ‘informe’ en cuanto a los estándares de mercado de empresas comparables. No en vano, al margen de la afirmación, de dudosa procedencia y sin posibilidad de corroboración alguna, de que “en los clubes medianos los sueldos están sobre los 400.000 euros”, no se aporta NI UNA SOLA CIFRA de lo que gana hoy en día un ejecutivo de NINGÚN CLUB actual de Primera División. Ni del último lustro. Ni una.

De hecho, en las citadas 2 páginas y media, únicamente se habla del salario de Tebas (obviamente, perteneciente a una empresa no comparable), y de los sueldos de Augusto César Lendoiro, presidente del Real Club Deportivo de la Coruña entre 1988 y 2014, y Paco Roig, máximo mandatario del Valencia Club de Fútbol entre 1994 y 1997, referencias de hace décadas y que, obviamente, no pueden ser consideradas como estándar alguno de “empresas comparables”.

Y hasta aquí los argumentos del ‘informe’ para justificar la decisión de multiplicar el sueldo de Catalán. Es más, por no aparecer en el ‘informe’, ni tan siquiera aparecen los datos argumentados por el directivo del Levante Luis Calero en el Patronato de la Fundación Levante UD Cent Anys del 5 de diciembre de 2019, en su defensa del citado aumento, referentes a la Segunda División española, mientras que, los referentes a la Primera División, han sido rebajados. ¿No es el mismo ‘informe’?, ¿ha sido éste modificado?, ¿por qué motivo?

Una intrahistoria más que sospechosa

Y es que el famoso ‘informe’ tiene una intrahistoria muy alejada de la transparencia de la que presume (solo de palabra, porque los hechos son de una opacidad contundente) el Levante UD.

Para empezar, tal y como ya denunció públicamente el FROG después del Patronato del 5 de diciembre, los patronos, es decir, los dirigentes del teóricamente independiente propietario de la mayoría accionarial del Levante UD SAD, aprobaron la multiplicación del salario de Catalán sin que les fuese ni siquiera permitido leer el supuesto ‘informe’.

“No estoy autorizado a mostrarlo”, respondió el Sr. Calero a la petición del FROG, previa a la votación que decidiría la aceptación del aumento. Tan increíble como cierto. Excepto el FROG, por cierto, ni uno solo de los patronos restantes puso objeción alguna a aprobar el nuevo salario sin tener acceso al supuesto ‘informe’.

Con la aprobación del nuevo salario ya decidida por el ok del máximo accionista, en la Junta General de Accionistas del pasado 16 de diciembre, el directivo Braulio Pastor, principal impulsor del famoso ‘informe’, realizó una defensa de la multiplicación salarial con una intervención panegírica sobre las bondades del presidente Catalán, amigo personal de Pastor, obviando sus múltiples promesas incumplidas durante el mismo 2019 (su múltiples veces anunciada decisión de abandonar el cargo, la cubierta del estadio, el inicio de las obras de la Ciudad Deportiva de Nazaret, etc.) y sin mostrar una vez más el supuesto ‘informe’ que, según afirmó estaría “a disposición de cualquier accionista que lo solicitase”.

Tras contestarle lo evidente en la Junta al Sr. Pastor -es decir, que los informes se ofrecen antes de las votaciones, no después- procedimos a solicitar, al día siguiente a la celebración de la Junta General -en concreto, el 17 de diciembre, a las 19.18 horas-, que nos fuese facilitado el famoso ‘informe’.

Más de dos meses de espera…

Para nuestra sorpresa (o quizás no tanta…), el documento solicitado no solo no llegaba, sino que ni siquiera había respuesta. Han tenido que pasar más de dos meses, y ser necesario insistir en la petición en calidad de patronos de la Fundación, para que, el pasado 19 de febrero, recibiéramos respuesta a nuestro correo electrónico del secretario del Consejo, Jorge Lucas, señalando que el documento estaba a nuestra disposición en las oficinas del club. Dos meses para una línea de respuesta (o para ‘darle forma’ al documento, ¿quién sabe?).

El pasado lunes, acompañado en todo momento por personal del club, tuve acceso al ‘informe’ citado, del que, en una muestra más de la ‘transparencia’ existente, no se permite tomar fotografía alguna. El resultado de la lectura del mismo no pudo ser más decepcionante y clarificador.

“El informe de Braulio”

En resumen, que la multiplicación del salario de Quico Catalán ha sido aprobada en base a un ‘informe’ (el “informe de Braulio” en la jerga interna del club, aunque oficialmente esté firmado por los despachos Ruiz-Huerta y Crespo y GRA Asesores, Abogados y Auditores) negado a quienes debían tomar la decisión y, como mínimo, modificado y escondido durante los meses posteriores a la aprobación del aumento.

Con todo, lo grave no es que Catalán cobre 66.000, 229.000 o más de medio millón de euros, lo preocupante es que, al margen del FROG, ningún patrono de la Fundación Levante UD Cent Anys -recordemos, con responsabilidad sobre la gestión del club- haya alzado la voz sobre este tipo de conductas, que obviamente, no dejan en buen lugar a la estructura de poder reinante en el Levante UD.

Carlos Ayats (Presidente del FROG – Asociación de Accionistas del Levante UD SAD)